Entradas populares

lunes, 29 de abril de 2013

DESDE MI CALLE


FABULA DE ESOPO: EL HOMBRE Y LA ESTATUA

 Un hombre pobre tenía una estatuita de un dios, al que suplicaba que le diera la fortuna; pero como su miseria no hacía más que aumentar, se enojó, y cogiendo al dios por un pie, le golpeó contra la pared.
Rompióse la cabeza del dios, desparramando monedas de oro, el hombre las recogió y exclamó: Por lo que veo, tienes las ideas al revés, además de ser un ingrato, porque cuando te adoraba no me has ayudado, y ahora que acabo de tirarte, me contestas colmándome de riqueza.

Al igual que este dios, relleno de monedas, en la vida existen muchas personas tan falsas como este dios. Todos conocemos a esas personas, que incluso puede que hayan alcanzado un puesto importante en la vida, que quizás su cuenta corriente sea poderosa, como nuestro dios estaba relleno de oro. Algunos de nosotros envidiamos a ese señor poderoso, e incluso "algunos" le hacen la pelota para intentar ganar sus favores, para alcanzar alguna migaja de su riqueza o poder. Pero si esta persona es como el dios de la fábula, que apoyado en su dinero o poder, pide cosas a los que le rodean; pero éste (como suele ocurrir habitualmente) sólo "ayuda" a cambio de algo que a él le interese.

Realmente, estos dioses de barro suelen ser envidiados, ya sea por su dinero o poder, pero...cuando a éstos dioses la vida les cambia el paso suelen quedarse más sólos que la una. Es más, cuando están en el poder, la mayoría de las personas que revolotean a su alrededor, cuando no está delante, suelen criticarle e incluso algunos odiarle, además de envidiarle; aunque poco hay que envidiar a personas egoistas que  sólo piensan en sí mismas.

Entonces, debemos preguntarnos:
¿De qué sirve tener media docena de coches en el garage, si sólo podemos utilizar uno cada vez?             ¿De qué sirve tener chófer si podemos conducir nosotros?  
¿De qué sirve tener un montón de amigos (pelotas) esperando como buitres nuestras migajas?

Lo que es más fuerte, es que también existen "dioses" que tienen quizás menos poder y dinero, y que sólo esperan chupar la sangre a los que les rodean, llenos de envidia y odio; "dioses" que te ponen buena cara cuando estás delante, y te apuñalan cuando tu no estás. ¿Qué puedes sentir por esos "dioses" de barro?. Simplemente pena, sean pobres o ricos, poderosos o no, puesto que ellos (incluso los ricos y poderosos) están sólos en la vida, sólo rodeados de sus particulares buitres, esperando la oportunidad de adquirir algo de ellos. Ademá, si entre los buitres tienen una paloma ... los buitres y su ceguera, simplemente no se la permitirá ver.

Asi reflexiono, como Esopo, DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.