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sábado, 6 de septiembre de 2014

DE LITERATOS Y ESCRITORES

   
        En estos últimos días los medios de comunicación, televisiones, prensa escrita y digital, internet, las redes sociales, están tratando sobre el escándalo de la familia Pujol, familia que encarna el "catalanismo" de la burguesía catalana. Es por eso que pareciéndome oportuno, voy a copiar unos párrafos del libro "FIN DE UNA REGENCIA, editado por la Editorial Planeta en 1971, y cuyos autores son R.Fernández de la Reguera y Susana March.  

PARTE DEL CAPITULO SEGUNDO
                                  Finales del siglo XIX.

La Renaixença publicaba un artículo que decía,entre otras cosas:

"Con motivo de la visita de la escuadra francesa, se han puesto de manifiesto ciertas tendencias que el catalanismo, única y verdadera manifestación de la nacionalidad catalana, debe combatir con toda energía, porque son una prueba de la degeneradora influencia  que el separatismo ha ejercido en el espíritu catalán, cuya característica al estado normal es el amor inmenso a la propia personalidad nacional y la aversión profunda a todo lo que quiera desnaturalizarlo, rebajarlo o ponerla a los pies de Estados extranjeros, por más que éstos sean todo lo grandes, poderosos y civilizados que se quiera. ¿Qué puede esperar Cataluña del Estado francés, de donde vino Felipe V a imponer las doctrinas centralizadoras y absolutistas de Luis XIV, de donde los gobiernos españoles han imitado a la exageración centralista jacobina, y en donde hay catalanes que sufren como nosotros la tiranía de un Estado cuya única preocupación es la de destruir los hechos indestructibles de la naturaleza? No comprendo cómo hay quién puede haber olvidado que Felipe V era francés  y que ignore que el Estado francés , fundamentalmente, está constituido como en los tiempos de Luis XIV. La revolución francesa ejerció una acción social, pero no modificó lo más mínimo la modulación orgánica del Estado. Pues bien, ahora resulta que hay hasta quien, llamándose catalanista, piensa salvar a Cataluña aceptando la protección de la política que tiene en la historia de Cataluña una fecha !!1714!! !Atráas los anexionistas!. Si no les place ser catalanes, háganse franceses y vayan a Francia, pero no perjudiquen, propalando atrocidades que pueden pasar por moneda corriente cuando un pueblo se encuentra, como el catalán, desengañado del Estado del que forma parte. !Atrás los anexionistas! Si no tienen pecho para libertar a Cataluña de los males que sufre, ni energías intelectuales para robustecer la conciencia catalana, que callen y no manifiesten su impotencia moral y su nulidad intelectual. Era preciso, para halagar al almirante francés, que el Estado español le dijera: <No volveremos a hacerlo>; y el almirante , para honrar a España, contestase con tono protector <Vamos, sed buenos; uníos y todo irá bien> !Atrás los anexionistas! !Viva Cataluña grande, civilizada y digna! "

Aquella noche, Juan Aymerich, miembro de la burguesia catalana, y catalanista de pro, fué a dormir a Esplugás, y comentó los incidentes con su hermano y con su padre. Juan no había gritado !Viva Cataluña francesa!, pero aquellas palabras le habían sonado bien en el oido. El artículo de LaRenaixença le dejó mohino, como si él mismo hubiese sido amonestado. Su padre lo encontró bien, y su hermano le dijo:
-Vaya... Parece que los catalanistas tampoco saben exactamente lo que quieren.

El diá 23 ( Diciembre de 1899), Juan fué uno de los primeros  en entrar en el Palacio de Bellas Artes, donde proseguían los actos en honor de los visitantes galos. Se repitió con La Marsellesa y la Marcha Real, lo que en el Tívoli la noche del 21. Juan, un poco amoscado, aplaudió y gritó con menos ímpetu. Pero cuando la orquesta atacó los acordes de Els Segadors  y el almirante Fournier y el alcalde  se pusieron respetuosamente de pie para escucharlo y todo el público los imitó, Juan casi sintió ganas de llorar. El lejano gemido de aquellos segadores de 1640, le llenó la garganta y en voz baja cantó:

Ay, ditxosa Catalunya,/qui t'ha vista rica y plena/Ara 'l Rey nostre senyor/declarada 'ns té la guerra/Lo Gran Comte d'Olivar/sempre li burxa l'aurella:/"Ara es hora, nostre Rey,/ara es hora que fem guerra"/Contra de los catalans/ya ho veyéu quina n'han feta./Seguiren vilas y llochs/fins al lloch de Riu D'arenas./N'han cremada una Iglesia/que Santa Coloma?s deya./Creman albas y casullas/los cálzers y las patenas./Y'l Santissim Sagrament/alabat sigui per sempra/Mataren un sacerdot/mentres que la missa deya./Mataren un caballé/a laporta de l'iglesia./Don Lluis de Furrá/y'ls ángels li gran festa./El pa que no era blanch/deyan qu'era massa negra./Lo davan a-n-els cavalls/sols per assolá la terra./Lo vi que no era bo/etjegavan las aixetas./Lo tiraven pels carrés/sols pera regá la terra./A presencia dels seus pares/deshonravan las donzellas./En davaant part al Virrey/del mal que'ls soldats feyan./Llicencia 'ls he donat yo,/molta mes s'en podem prenda./A la vista de tot aixó/s'es esbalotat la terra./Entraren a Barcelona/mil peersonas forasteras./Entran com  segadós,/com eran a tem de sega./De tres guardias que n'hi ha/ja n'ham morta la primera./En mataren al Virrey/al entant en la galera./Mataren als diputats/y al jutges de l'Audiencia./
Anaren a la presó/donan llibertat als presos./Lo Bisbe 'ls va benehí/al la ma dreta y esquerra./¿Hont os vostre capitá,/ahont es la vostra bandera?./Varen treure'l bon Jesús/tot cubert ab un vel negra:/Aquí es nostre capitá,/aquí es nostra bandera./"A las armas, catalans,/que os han declarat la guerra".