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jueves, 16 de mayo de 2013

DESDE MI CALLE

PONTE A REZAR

 Afortunadamente el Gobierno de Rajoy no ha emitido decreto alguno sobre el fin del descanso de Dios los domingos que, además de día de misa, es, a veces, día de fútbol, relax y cañas. Actividades que requieren también de un importante acto de fe ahora que estamos llenos de pensamientos negros y de miedo y no hay situación que, por complicada que sea, no tenga su oración prefabricada. Las recomendaciones del telediario de Julio Somoano de rezar para evitar la ansiedad de los parados vienen a engordar esta producción de insufrible tufo a sacristía que comenzó con la llamada fervorosa a La Virgen del Rocío de la mismísima ministra de empleo (o será ministra del paro?), la lúgubres mantillas de las damas del PP o los precipicios verbales a sabiendas del ultracatólico ministro del interior.
Y a falta de pan, mucho ardor religioso que es como se consuelan todos los desesperados sin respuestas y que bajo las cifras de los más de seis millones creen que rezan a Dios cuando en realidad rezan a Merkel, Lagarde o Rehn. En el subsuelo, esa mulltitud de ciudadanos que, a base de las nobles virtudes de la paciencia, el sacrificio y la resignación, a punto está ya de alcanzar la santidad, mientras los aprensivos se agarran a un señor barbudo de Galicia con pinta de madre superiora cuyos únicos recursos pasan por dar lecciones de voluntad y que se cree que la concesión de dos años más para cumplir el déficit tiene mucho de milagro.
El Gobierno español tiene un importante problema de expresión cuando entre cifras y porcentuales y mientras pasa toda la economía a limpio, nos invita a encomendarnos a un ser superior para remanso del alma, un cuño tan español como unir los jetas con los listos y el vino con el jamón. Rezar por arrebato, sacrificarse por necesidad y callar por mansedumbre suponen en los nuevos tiempos el kit de supervivencia de todo pueblo, el nivel más elemental de una sociedad que, por la crisis, debe de poner en marcha cualquier dispositivo de consuelo aferrándose, mientras traga el lorazepam , a una estampita de San Pancracio, un cirio o el horóscopo del día.
El ejercicio más humano, cuando estalla todo bofetón de realismo, es ponerse a rezar y esperar a que en menos de dos años llegue la privatización de las almas, y Rouco Varela se presente a la elecciones blandiendo las 59 cuentas del rosario como programa electoral, porque todo está en el inventario de Dios, menos lo que no ha sucedido todavía.

Yo rezo DESDE MI CALLE, que es la calle de todos, por todas esas personas víctimas de este des-Gobierno del barbudo gallego Sr. Rajoy.