DESDE MI CALLE

LA FUERZA DE LAS PALABRAS


En la palabra está nuestra fuerza. Nuestros labios nos defienden de las mentiras de los unos y de los otros. Decía Woody Allen: "La ignorancia es temporal, pero la estupidez es para siempre". Parece que sea, la estupidez, nuestro estigma para siempre. Eso es  lo que piensan todos esos que dicen nos gobiernan. Sin embargo, es la ignorancia suya la que les hace pensar eso.

Se esfuerzan en hacernos ver que únicamente ellos tienen el privilegio de conducir nuestras vidas. Que debemos callarnos, no hablar sino obedecer. No saben la fuerza que tienen las palabras. Desearían que no les replicásemos, pues sólo ellos están en posesión de la verdad. Pero nuestros labios gritan con fuerza que no les creemos. Que aunque tengan en su poder los resortes para doblegarnos, para hacernos doblar la cerviz, nos resistimos con nuestras palabras, proclamamos nuestra rebelión con la fuerza de nuestros gritos iracundos. No se dan cuenta que encender una luz es fácil. Que cualquier persona, cuando puede sobrevivir, se convierte en un héroe al que el miedo al futuro no le asusta. Que la guerra que ellos han abierto con la ciudadanía se gana desde la educación, desde la enseñanza del valor de la palabra.

Se está hablando mucho estos días que los partidos que en este país han estado relevándose en el Des-Gobierno del mismo, quieren ahora hacer una coalición. Supongo que la razón será la de seguir ellos mandando, aplastando con sus políticas de des-gobierno, ésa que nos ha llevado a la situación actual de miseria en que se encuentra gran parte de la ciudadanía. Sus discursos van en ésa dirección. De sus labios salen palabras vacuas, vacías, sin fuerza. Sus labios se mueven mecánicamente sin que su mente los acompañe.

En nuestras palabras está la fuerza que les haga pensar que es suya la estupidez.

DESDE MI CALLE que sigue siendo la calle de todos.