DESDE MI CALLE

LLUEVE, LLUEVE y SIGUE LLOVIENDO

Parodiando a Maná, hace la impresión de que llevamos días y días de lluvia, como en Macondo, el pueblo ficticio de "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez. Algunos ríos se han desbordado y el cielo, encapotado, no da respiro. Empecinamiento total. La paradoja, los medios de comunicación hacen su agosto, porque las audiencias se disparan, y los políticos en entredicho, respiran aliviados. Los telediarios y las noticias, ya tienen con qué abrir sus editoriales.
Pero no hay que dejarse embaucar por este espejismo en forma de huracán: la corrupción y los recortes siguen su ritmo, lo mismo que el endeudamiento, la prima de riesgo y el aumento del paro, los mismos que los Urdangarín y cia. (mucha cía), continuan proclamando que son inocentes, aunque ya nadie les haga caso.
Entramos en el quinto año de crisis económica, y a pesar de los continuos brotes verdes sucesivos, lo único que se aprecia es que nos suben la electricidad, la gasolina, muchos productos básicos necesarios para la subsistencia, mientras bajan los sueldos, congelan las pensiones, nos achicharran a impuestos. Te cobran hasta para respirar, y a pesar de la que está cayendo, suben hasta el precio del agua.
Ha dicho Maradona que el fútbol "me da asco", y que no quiere volver a dedicarse a este deporte. Quién lo diría de alguien que toda la vida se ha dedicado a ello, y todo porque el domingo el árbitro expulsó al entrenador de su equipo favorito. A los gobernantes, les pasa un algo de lo mismo: la política les da un poco de "asco", aunque soportable. Mientras siga lloviendo.......

Todo esto mientras contemplo como sigue lloviendo DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.