REFLEXIONES SOBRE LA VIDA
No podemos dejar pasar la oportunidad de vivir y sentir la vida. La primavera recién estrenada hace estallar por doquier la vida. Las vidas tronchadas inesperadamente por ideologías irracionales, o por cualquier enfermedad o accidente... nos hacen caer en la cuenta de que la vida no es nuestra, que se nos escapa, que no sabemos cuánto tiempo dispondremos de ella.
Hay que hacer vibrar a todos nuestros sentidos (¿quién dijo que son sólo cinco?), activarlos, sacarlos de su letargo, para que sientan y nos hagan llegar toda la grandeza de lo que son capaces de percibir.
El amor y la vida entrar por los sentidos. Ver, gustar, oír. tocar ... son oportunidades de sentir la vida.
Como también emocionarse, sobrecogerse, asombrarse,querer crecer, soñar despiertos, amar y dejarse amar, pensar y sentirse uno mismo, descubrirse en paz...
Ver a quien tengo la oportunidad de querer, de aceptar, de conocer. Estar juntos. Mirar los paisajes y los rostros... sin cámara, sin querer retenerlos.
Saborear la compañía alrededor de la mesa compartida, preparada con gusto,con detalle, con sencillez. Y brindar y conversar mientras comemos, y gustar los platos sin prisas...
Oír todas las melodías y sonidos que me rodean un día cualquiera por doquier, pero sin cables, ni audífonos, la brisa y las risas, las conversaciones, las voces calladas de lo que aman y se entregan sin hacer ruido.
Tocar todo lo que comunica cariño, suavidad, ternura. Abrazar, saludarse, sonreír. Dejar que te acaricie el agua de la lluvia y el invisible viento.
Cuando llega la noche después de un día de prisas, agobios y preocupaciones, y trato de recogerme en silencio, a veces sólo me sale: !Estoy agotado! !Éste ritmo de vida es tremendo! Hay días que parece no se acaban nunca, y otros que transcurren como un suspiro. Pero todos llenos de sensaciones, de sentimientos, de mensajes ...
Vivir es algo más que estar vivos. La vida es un regalo, un tesoro, una oportunidad, alegría, tristeza, triunfos y fracasos... y tantas otras cosas.
Cuando me he atrevido a vivir (que no es lo mismo que
"estar vivo") me he dado cuenta de lo que es SENTIR, SENTIR LA VIDA que me llega por todos los sentidos que tengo (que sigo sin saber cuántos son, pero muchos). Intentar no perder detalle de todo lo que me rodea, y de todo lo que me pasa, también lo que duele, fastidia y descoloca. Demasiado pocas veces me he atrevido a vivir.
Ilusionarme con aprender cada día, hacer y recrear las cosas, conocer gente nueva y refrescar mi relación con los de siempre, sorprender... y dedicarme un poco de tiempo. No es egoísmo. Es recogerme para darme.
DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos.