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lunes, 8 de abril de 2013

DESDE MI CALLE


¿AL MANDO DE QUIEN ESTA HOY EUROPA?

Hace ya mucho tiempo  que el proyecto europeo camina desorientado. No tiene director, carece de dirección y no coge el ritmo de avance. No era necesaria ninguna demostración, pero el desarrollo del reciente caso chipriota ha colmado todos todos los desatinos. El proceso descarriló definitavamente cuando se admitió en el club, sin estudio ni reposo, a casi todos los países que transitaron, más bien penaron, durante la segunda mitad del siglo XX por el lado frío del telón de acero. Cuando España entró en 1986, la Europa de "Los Doce" era dificílmente manejable. Pero ahora es una jaula de grillos desquiciados.
Ya no hay políticos de la talla de Adenauer, De Gaspari, Schuman o Monnet. Merkel manda pero sus actos están dirigidos por intereses demasiado egoistas, y no por los ideales que un día creímos.
Tampoco los demás hemos cumplido y es evidente que las alegrías de la bonanza nos nublaron la razón y nos precipitaron al precipicio. Por eso crece la desafección hacia Europa por parte de los propios europeos y hemos dejado de ser un modelo admkirable para el resto del mundo, que nos observa ahora con más conmiseración que envidia.
El caso de Chipre rebosa todos los límites. Nadie entiende cómo se permitió llegar a esta situación. Nadie entiende por que la UE tardó tanto en tomar medidas, para después adoptar unas que fueron inmediatamente rechazadas por el parlamento chipriota, y por la opinión pública europea. En Nicosia no votaron a favor ni los miembros del partido que apoya al Gobierno, y en Europa todo el mundo se escandalizó con la decisión de castigar a los depósitos menores de 100.000 euros, a los que supuestamente protegía la ley, pero perdonar a los que poseían bonos y demás tenedores de deuda pública. Los escarceos constantes y las indecisiones permanentes, los titubeos y las demoras.... todo conduce a la chapuza que ennegrece un prestigio ausente.

Europa necesita un proyecto ilusionante y unos líderes carismáticos. Y los necesita con urgencia. Se enfrenta en el exterior a su terrible falta de competitividad, y en el interior a su demoledora falta de coherencia. Es dificil decirlo y es duro aceptarlo, pero Europa no puede avanzar si sigue siendo un tren con tantos vagones, tan pesados y tan lentos. Algunos, como Alemania, deberían sopesar los costes y los beneficios del modelo actual, algo que siempre olvidan. Porque no podemos seguir tirando cada uno desde una punta de la manta. Acabaremos rompiéndola.

Así se ve a la actual Europa DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.