Entradas populares

miércoles, 9 de julio de 2014

DESDE MI CALLE



SANIDAD . . .

Cuando aparecen declaraciones, tanto en el Parlamento de la Nación, como en distintos medios de información, sobre la SANIDAD, por el Presidente de éste des-Gobierno, siempre se refiere a que ésta es pública, universal, gratuita y de calidad.



La salud pública es la disciplina encargada por los gobiernos de los países de la protección de la salud de su población.

sanidad universal hace referencia al acceso a la asistencia sanitaria completa y a la salud pública de todos los residentes de un país o región geográfica o política sin importar su capacidad económica y su situación personal.

sanidad gratuita: El art.1 de la Ley General de Sanidad, establece que son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria gratuita todos los españoles y extranjeros que tengan establecida su residencia en territorio nacional.

Sanidad de calidad:  La Sanidad Pública universal y de calidad ha sido la base fundamental para el dedarrollo del Estado de Bienestar y es uno de los pilares para asegurar la solidaridad y la equidad dentro de una sociedad.

Sr. Don Mariano Rajoy Brey, Presidente de nuestro des-Gobierno, ¿considera usted que todas sus afirmaciones sobre la SANIDAD, se corresponden con las definiciones referenciadas?

Sra. Ana Mato, Ministra de Sanidad de nuestro des-Gobierno ¿considera usted que toda la política que ha aplicado hasta el día de hoy se corresponde con las definiciones referenciadas?

Les digo rotundamente a ambos que NO. Y les explico un caso que recientemente me ha sucedido estando pasando unos días en un pueblo de Zamora, provincia de Castilla y León.

"Tuve necesidad de ir a por una receta a la consulta del médico ( viene por la mañana los martes y jueves a atender a la gente de dicho pueblo). Al tocarme el turno y presentarle mi tarjeta sanitaria (de otra Comunidad Autónoma) y explicarle el motivo de mi presencia en su consulta, me preguntó si tenía el "documento de asistencia a desplazados", y al contestarle mi ignorancia sobre el particular y preguntarle dónde debería sacar ése documento su contestación fué limitarse a decir que no era de su incumbencia y que preguntase a alguien que habría necesitado del mismo. En ese momento, y molesto por su actitud, le volví a enseñar mi tarjeta de asistencia sanitaria y le dije que consultase en su ordenador si aparecían las medicinas que necesito. Su respuesta nuevamente me sorprendió pues me contestò que según lo dispuesto por el Ministerio de Sanidad, tendría que pedir a mi médico de cabecera que me enviase por correo, o por internet o por fax o por ... una relación de dichos medicamentos para así introducirlos en su ordenador y poder expedirme la receta que necesite. Ante esto, y despidiéndome de él, decidí ir a la primera farmacia que encontrase y comprar la medicina que me faltaba".

Este es el servicio público, universal, gratuito y de calidad que desgraciadamente no tenemos más remedio que soportar.

Todo esto Sres. Mariano Rajoy y Ana Mato, Presidente y Ministra de Sanidad de nuestro des-Gobierno, es por lo que digo que MIENTEN DESCARADAMENTE cuando dicen que nuestra SANIDAD es Pública, Universal y Gratuita.

DESDE MI CALLE, que a pesar de todo sigue siendo la calle de todos.


      

PASTORAL: SANTO DEL DIA

/
Cristóbal de Licia, Santo
Mártir, 10 de julio


Cristóbal de Licia, Santo

San Cristóbal, popularísimo gigantón que antaño podía verse con su barba y su cayado en todas las puertas de las ciudades: era creencia común que bastaba mirar su imagen para que el viajero se viese libre de todo peligro durante aquel día. Hoy que se suele viajar en coche, los automovilistas piadosos llevan una medalla de san Cristóbal junto al volante.

¿Quién era? Con la historia en la mano poco puede decirse de él, como mucho que quizá un mártir de Asia menor a quien ya se rendía culto en el Siglo v. Su nombre griego, «el portador de Cristo», es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la tradición cristiana. Nos lo pintan como un hombre muy apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él.

Cristóbal sirvió primero a un rey, aparente señor de la tierra, a quién Cristóbal vío temblando un día cuando le mencionarón al demonio.

Cristóbal entonces decidió ponerse al servicio del diablo, verdadero príncipe de este mundo, y buscó a un brujo que se lo presentará. Pero en el camino el brujo pasó junto a una Cruz, y temblando la evitó. Cristóbal le pregunto entoncés si él le temía a las cruces, contestandole el brujo que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz, Jesucristo. Cristóbal le pregunto entonces si el demonio temía también a Cristo, y el brujo le contestó que el diablo tiembla a la sola mención de una Cruz donde murió él tal Jesucristo.

¿Quién podrá ser ese raro personaje tan poderoso aun después de morir? Se lanza a los caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un río por donde pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de unas monedas. Nadie le da razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al Diablo.

Hasta que un día cruza la corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a Aquél a quien buscaba.

--¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?--Tienes razón, le dijo el Niño. Peso más que el mundo entero, pues soy el creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóforo, Cristóbal, el portador de Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar el río, me ayudas a mí.

Cristóbal fue bautizado en Antioquía. Se dirigió sin demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue encarcelado por el rey Dagón, que estaba a las órdenes del emperador Decio. Resistió a los halagos de Dagón para que se retractara. Dagón le envió dos cortesanas, Niceta y Aquilina, para seducirlo. Pero fueron ganadas por Cristóbal y murieron mártires. Después de varios intentos de tortura, ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo.

San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, y nos inspira a todos protección y confianza.

Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo.

Esto ha dado lugar a las leyendas con que se ha oscurecido su vida. Se le considera patrono de los transportadores y automovilistas.