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lunes, 29 de septiembre de 2014

DESDE MI CALLE - POEMAS





POEMAS DE GABRIELA MISTRAl





                A g u a

Hay países  que yo recuerdo
como recuerdo mis infancias.
Son países de mar o río,
de pastales, de vegas  y aguas.
Aldea mía sobre el Ródano,
rendida en ríos y cigarras;
Antilla en palmas verdi-negras
que a medio mar está y me llama;
!roca ligure de Portofino,
mar italiana, mar italiana!.

Me han traido a país sin río,
tierras-Agar, tierras sin agua,
Saras blancas y Saras rojas,
donde pecaron otras razas,
de pecado rojo de atridas
que cuentan gredas tajeadas;
que no nacieron como un niño
con unas carnazones grasas,
cuando las oigo, sin un silbo,
cuando las cruzo, sin mirada.

Quiero volver a tierras niñas;
llévenme a un blando país de aguas.
En grandes pastos envejezca
y haga al río fábula y fábula.
Tenga una fuente por mi madre
y en la siesta salga a buscarla
y en jarras baje de una peña
un agua dulce, aguda y áspera.

Me venza y pare los alientos
el agua acérrima y helada.
!Rompa mi vaso y al beberla
me vuelva niñas las entrañas!.



PASTORAL: SANTO DEL DIA








SAN MIGUEL ARCANGEL

Miguel es el príncipe de los ángeles y confidente de Dios porque transmite a los hombres las indicaciones divinas.

Es el jefe de la milicia celestialdefiende a la Iglesia de los ángeles rebeldes, combate contra el dragón del Apocalipsis, conduce a los muertos y pesa las almas el día del Juicio Final.

Se dice que en el 493 se le apareció a un pastor en el monte Gargano (Apulia, Italia); los animales se habían metido en una cueva del citado monte, y cuando fué a rescatarlos, se le apareció el Arcángel indicándole que la cueva estaba bajo su protección.

Se le presenta como ángel vestido de soldado con armadura, yelmo, escudo y espada amenazante o de fuego; arrojando a Satanás, hincando la espada en un dragón, con una balanza en el Juicio Final.

Patrono de la Iglesia católica, de caballeros, soldados, farmacéuticos, sastres, vidrieros, barberos, banqueros, plomeros, sombrereros, queseros, esgrimidores, torneros, panaderos, comerciantes, papeleros y multitud de oficios más; protector de las balanzas, de los moribundos, las almas del purgatorio, de la prensa católica combatiente y de las capillas de los cementerios; invocado contra los rayos, las tormentas y para una buena muerte.
 

DESDE MI CALLE - POEMAS





POEMAS DE GABRIELA MISTRAL






                                                                B e s o s

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan solo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcizan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonia,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonia.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasion ardiente y loca,
tú los conoces bien, son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que sólo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdaas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenarónse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...?  Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar; los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.