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miércoles, 1 de octubre de 2014

DESDE MI CALLE



HUMOR TELEVISIVO


Si la política es comunicación, hay todavía una amplia brecha que salvar entre el emisor y el receptor, o sea entre los dirigentes públicos y los ciudadanos. La cuestión no pasaría de mera anécdota si no fuera porque estamos en la era de las nuevas tecnologías y en la aldea globlal de las redes sociales. Pero la realidad es tozuda. Tanto que me resulta inverosímil que un partido como el PP, con el poder político, territorial y mediático que tiene, no haya caido en la cuenta de que el concepto mental influye, y mucho, en la toma de decisiones de un electorado heterogéneo y plural.

La formación presidida por Rajoy ha abandonado, o eso parece, los formatos televisivos que, desde la óptica del humor y la crítica ácida de la actualidad, concentran ante el televisor a centenares de miles de votantes en potencia cada día. Las opciones de izquierda son las que tradicionalmente monopolizan este tipo de programas. Espacios donde los dardos lanzados desde la ironía y el fino sarcasmo sirven para comunicar y entrar en la mente de los televidentes. Fíjense cómo la crítica televisiva disfrazada de humor es consustancial al pensamiento de izquierdas e inexistente, en cambio, en el otro lado ideológico.

Alquien diría que este país no está para muchas risas. Y así es. Pero, también creo que es sumamente sano elevar el tono de autocrítica, y qué mejor que hacerlo que a través de un humor inteligente y hábil. Ese concepto mental del electorado incidirá  tarde o temprano en la posible inclicación del voto de una parte de la sociedad. Por lo tanto, quien se tome la risa en serio partirá con ventaja. Ya lo verán.

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos.


DESDE MI CALLE - POEMAS







POEMAS DE GABRIELA MISTRAl


(Dedicado a Merche Labrador)


DESPERTAR


Dormimos, soñé la Tierra
del Sur, soñé el Valle entero,
el pastal, la viña crespa,
y la gloria de los huertos.
¿Qué soñaste tú mi Niño
con cara tan placentera?

Vamos a buscar chañares
hasta que los encontremos,
y los guillaves prendidos
a unos quioscos del infierno.
El que más coge convida,
a otros dos que no cogieron.
Yo no me espino las manos
de niebla que me nacieron.
Hambre no tengo, ni sed y
sin virtud doy o cedo.
¿A qué agradecerme así
fruto que tomo y entrego?.