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viernes, 11 de marzo de 2016

DESDE MI CALLE



FLUJO DE REFUGIADOS: UNION EUROPEA Y TURQUIA


Da igual que los turcos hagan escabechinas con los kurdos. Da igual que su gobierno gire una grado más hacia el autoritarismo, que asalte las sedes de los medios de comunicación , persiga a la oposición o manipule la justicia. La verdad es que nos da todo lo mismo y estamos encantados de negociar, cuando sea y sin condiciones previas, un importante paquete de ayuda a Turquía, y a suavizar las condiciones de su acceso a los mercados europeos. De hecho, estamos dispuestos a lo que sea.

Lo que importa a día de hoy es detener el flujo de refugiados, porque los gobiernos europeos no pueden resistir más ya ésta marea, ni su coste social, político y económico. Lo que importa es que no lleguen más sirios a nuestras fronteras, y como los que los pueden detener son los turcos, hacemos la vista gorda con los derechos humanos, las libertades y con lo que haga falta.

¿Y saben por qué? Porque en el fondo, los derechos humanos, las libertades y la democracia importan un carajo, y lo único que se quiere es que sean otros los que salgan en la foto. Si de veras creyesen en la ley, no necesitaríamos que los turcos nos hicieran el papel de poli malo en las fronteras. Si de veras aquí estuviésemos dispuestos a acoger a los que se decida acoger, no necesitaríamos al sicario turco.

Eso somos. Esa porquería estamos haciendo.

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos, y en especial de ése flujo de refugiados




 .

MUSICA Alfredo Kraus - No puede ser - La tabernera del puerto

PASTORAL: SANTO DEL DIA




 San Abraham
       Patriarca



La historia de Abraham se encuentra en el primer libro de la Biblia, el Libro del Génesis.

Vivía en la ciudad de Ur, cerca de los ríos Tigris y Eufrates, cuando Dios le pidió el sacrificio de alejarse de su tierra, que era muy fértil, y de su hermosa ciudad e irse a un país desconocido y desértico, lejos de familiares y amigos. Abraham aceptó este sacrificio, y Dios en pago le prometió que sus descendientes poseerían por siempre aquel país.

Abraham deseaba tener un hijo que prolongara su familia, y Dios permitió que su esposa fuera estéril y que a la edad de 90 años Abraham todavía no lograra tener el hijo que tanto deseaba. Sin embargo Nuestro Señor le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las arenas del mar y Abraham creyó a esta promesa de Dios, y esta fe le fue apreciada y recompensada.

Dios se le aparece en forma de viajero peregrino (acompañado de dos ángeles disfrazados también) y Abraham los atiende maravillosamente bien. Dios le promete que dentro de un año tendrá un hijo. Sara la esposa, que está oyendo detrás de una cortina, se ríe de esta promesa, porque le parece imposible ya que ellos dos son muy viejos. Dios manda que al niño le pongan por nombre "Isaac", que significa "el hijo de la sonrisa". Y cuando el jovencito tiene 12 años, Dios pide a Abraham que vaya a un monte y le ofrezca el hijo en sacrificio. Abraham acepta esto que le cuesta muchísimo y cuando ya va a matar a Isaac, un ángel le detiene la mano y oye una voz del cielo que le dice: "He visto cuán grande es tu generosidad. Ahora te prometo que tu descendencia nunca se acabará en el mundo". Y luego ve un venado enredado entre unas matas de espinas y lo ofrece en sacrificio a Dios.

Los enemigos atacaron a la ciudad donde vivía Lot, el sobrino de Abraham, llevándose a todos prisioneros. Entonces el patriarca reunió a sus obreros (318) y atacó por sorpresa a los enemigos y libertó a todos los cautivos. En acción de gracias llevó a Melquisedec, sacerdote de Jerusalén, la décima parte de todo lo que había conseguido. Desde entonces quedó la costumbre de dar para Dios y para los pobres el diezmo, o sea la décima parte de lo que cada uno gana.

Nuestro Señor le comunicó a su amigo Abraham que iba a destruir a Sodoma por que en esa ciudad se cometían pecados de homosexualidad. Abraham le rogó a Dios que no la destruyera si había allí siquiera diez personas buenas. Pero como no las había, cayó una lluvia de fuego y los mató a todos. Solo se salvó Lot, por ser el sobrino de Abraham. Pero la mujer de Lot desobedeció la orden de los ángeles y al salir de la ciudad se puso a mirar hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.

Abraham fue padre de Isaac, del cual nacieron Esaú y Jacob. Los hijos de Jacob se llaman los doce Patriarcas, de los cuales se formó el pueblo de Israel. Dios le cambió el nombre de Abrán, que significa "padre", por el nombre de "Abraham", que significa: padre de muchos pueblos.