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martes, 6 de agosto de 2013
DESDE MI CALLE
LOS INTOCABLES
He vuelto a ver "Los Intocables". La recordaba inolvidable, pero sin acordarme de todo. Entre tanto déjá vu, esta película que he visto tres veces me pareció nueva. Visualmente no ha envejecido, lo que demuestra que nació como un clásico en 1987. Robert de Niro estaba equilibrado en el inestable Al Capone y la solera de Sean Connery maridaba con un Kevin Costner en sazón y un Andy García fresco. La letra de David Mamet, la música de Ennio Morricone, el vestuario de Giorgio Armani encajaron con un click en las imágenes de Brian de Palma, que cuando acierta y cuando yerra nunca olvida fascinar.
Chicago años 30, Gran Depresión, Ley Seca, gángsters que contrabandean alcohol con el que producen inmensas sumas de dinero que pagan suites en hoteles de lujo, la corrupción de las autoridades, la complicidad de los policías, la simpatía de los periodistas venales y, sellando las junturas con la masilla del miedo, consiguen un sistema cerrado. Todo es conocido, nada se puede demostrar. Para mover una pieza de ese montaje, Elliot Ness ha de lograr un grupo pequeño de insobornables y un enfoque nuevo para detener a Capone. El grupo lo forman un policía veterano y limpio, un novato con buena puntería y un especialista en números que descubre que el millonario contrabandista y asesino Al Capone no ha pagado impuestos y le pueden acusar de fraude fiscal.
Cuando la vimos hace 26 años, con los mismos ojos pero distinta mirada, no sentíamos tanta ojeriza con el contable como ahora. Nos pareció bien que lo salvaran para que cayeran el capo de la organización, sus negocios, sus delitos, su sistema. Ahora no hay la misma unanimidad y muchos quieren acabar en el contable, sin interés en curar el sistema de sobornos, corrupción, enriquecimiento ilícito, asalto al dinero público...
DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.
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