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martes, 16 de febrero de 2016

MUSICA Fran Sfeir - A donde va el amor

PASTORAL: SANTO DEL DIA




Los siete santos fundadores
                    (año 1233)




Eran siete amigos, comerciantes de la ciudad de Florencia, Italia.

Sus nombres: Alejo, Amadeo, Hugo, Benito, Bartolomé, Gerardino y Juan.

Pertenecían a una asociación de devotos de la Virgen María, que había en Florencia, y poco a poco fueron convenciéndose de que debían abandonar lo mundano y dedicarse a la vida de santidad. Vendieron sus bienes, repartieron el dinero a los pobres y se fueron al Monte Senario a rezar y a hacer penitencia. La idea de irse a la montaña a santificarse, les llegó el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Sma. Virgen, y la pusieron en práctica el 8 de septiembre, día del nacimiento de Nuestra Señora. Ellos se habían propuesto propagar la devoción a la Madre de Dios y confiarle a Ella todos sus planes y sus angustias. A tan buena Madre le encomendaron que les ayudara a convertirse de sus miserias espirituales y que bendijera misericordiosamente sus buenos propósitos. Y dispusieron llamarse "Siervos de María" o "Servitas".

En el monte Senario se dedicaban a hacer muchas penitencias y mucha oración, pero un día recibieron la visita del Sr. Cardenal delegado del Sumo Pontífice, el cual les recomendó que no se debilitaran demasiado con penitencias excesivas, y que más bien se dedicaran a estudiar y se hicieran ordenar sacerdotes y se pusieran a predicar y a propagar el evangelio. Así lo hicieron, y todos se ordenaron de sacerdotes, menos Alejo, el menor de ellos, que por humildad quiso permanecer siempre como simple hermano, y fue el último de todos en morir.

Un Viernes Santo recibieron de la Sma. Virgen María la inspiración de adoptar como Reglamento de su Asociación la Regla escrita por San Agustín, que por ser muy llena de bondad y de comprensión, servía para que se pudieran adaptar a ella los nuevos aspirantes que quisieran entrar en su comunidad. Así lo hicieron, y pronto esta asociación religiosa se extendió de tal manera que llegó a tener cien conventos, y sus religiosos iban por ciudades y pueblos y campos evangelizando y enseñando a muchos con su palabra y su buen ejemplo, el camino de la santidad. Su especialidad era una gran devoción a la Santísima Virgen, la cual les conseguía maravillosos favores de Dios.

El más anciano de ellos fue nombrado superior, y gobernó la comunidad por 16 años. Después renunció por su ancianidad y pasó sus últimos años dedicado a la oración y a la penitencia. Una mañana, mientras rezaba los salmos, acompañado de su secretario que era San Felipe Benicio, el santo anciano recostó su cabeza sobre el corazón del discípulo y quedó muerto plácidamente. Lo reemplazó como superior otro de los Fundadores, Juan, el cual murió pocos años después, un viernes, mientras predicaba a sus discípulos acerca de la Pasión del Señor. Estaba leyendo aquellas palabras de San Lucas: "Y Jesús, lanzando un fuerte grito, dijo: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!" (Lc. 23, 46). El Padre Juan al decir estas palabras cerró el evangelio, inclinó su cabeza y quedó muerto muy santamente.

Lo reemplazó el tercero en edad, el cual, después de gobernar con mucho entusiasmo a la comunidad y de hacerla extender por diversas regiones, murió con fama de santo.
El cuarto, que era Bartolomé, llevó una vida de tan angelical pureza que al morir se sintió todo el convento lleno de un agradabilísimo perfume, y varios religiosos vieron que de la habitación del difunto salía una luz brillante y subía al cielo.

De los fundadores, Hugo y Gerardino, mantuvieron toda la vida entre sí una grande y santísima amistad. Juntos se prepararon para el sacerdocio y mutuamente se animaban y corregían. Después tuvieron que separarse para irse cada uno a lejanas regiones a predicar. Cuando ya eran muy ancianos fueron llamados al Monte Senario para una reunión general de todos los superiores. Llegaron muy fatigados por su vejez y por el largo viaje. Aquella tarde charlaron emocionados recordando sus antiguos y bellos tiempos de juventud, y agradeciendo a Dios los inmensos beneficios que les había concedido durante toda su vida. Rendidos de cansancio se fueron a acostar cada uno a su celda, y en esa noche el superior, San Felipe Benicio, vio en sueños que la Virgen María venía a la tierra a llevarse dos blanquísimas azucenas para el cielo. Al levantarse por la mañana supo la noticia de que los dos inseparables amigos habían amanecido muertos, y se dio cuenta de que Nuestra Señora había venido a llevarse a estar juntos en el Paraíso Eterno a aquellos dos que tanto la habían amado a Ella en la tierra y que en tan santa amistad habían permanecido por años y años, amándose como dos buenísimos hermanos.

El último en morir fue el hermano Alejo, que llegó hasta la edad de 110 años. De él dijo uno que lo conoció: "Cuando yo llegué a la Comunidad, solamente vivía uno de los Siete Santos Fundadores, el hermano Alejo, y de sus labios oímos la historia de todos ellos. La vida del hermano Alejo era tan santa que servía a todos de buen ejemplo y demostraba como debieron ser de santos los otros seis compañeros". El hermano Alejo murió el 17 de febrero del año 1310.

DESDE MI CALLE



MALTRECHA DEMOCRACIA

Humillados nos podemos sentir ante la actitud del presidente en funciones. Acaba de faltar al respeto al Jefe del Estado y a la presidencia del Congreso, al romper las normas constitucionales, la que él tanto ha enfatizado en defender y respetar, que regulan el trámite de la investidura. Declinó presentarse, por ahora, pero dice no renunciar. UN VULGAR TRAMPOSO.

Otro tanto hace su partido, imputado por un presunto delito de daños, y  otro de encubrimiento. Se trata del caso de la destrucción de los discos duros del famoso Luis Bárcenas. En ellos había información relevante para el esclarecimiento de la financiación irregular del partido, algo que el juez Ruz ya tiene documentado. Después de la reforma del Código Penal ya se permite la acusación contra pàrtidos políticos. A pesar de que la Fiscalía pidió el archivo del caso, !qué vergüenza dan los supuestos defensores del interés general!, el PP puede ser condenado y, con la ley en la mano, hasta podría ser disuelto ¿Se imaginan? Lo cierto es que todos sus tesoreros han sido imputados, desde el primero, Naseiro, hasta la última Carmen Navarro. Se convirtieron en un auténtico cártel, como las organizaciones del narcotráfico, contaminando las instituciones del Estado, se apropian de gran parte de las subvenciones, que ellos mismo adjudican, y así el partido acaba formando parte del aparato estatal. 

Por esto, cada vez los militantes tienen menos influencia, los cargos desempeñan su función como si fueran suyos, se perpetuan 20, 30 años, aunque su trabajo sea estéril, basta con el servilismo, son corporativos. De otra forma no se puede entender los escándalos de corrupción en la Comunidad y Ayuntamiento valencianos, lo sucedido en la sede la Comunidad del PP madrileño, la "dimisión" de la presidenta del mismo Esperanza Aguirre. Y para más INRI, personajes tan desacreditados como Celia Villalobos vuelva a ser vicepresidenta del Congreso a propuesta y designación del PP,, y a Rita Barbera a la Diputación Permanente del Senado. 

SIN DUDA UNA OFENSA MÁS A NUESTRA MALTRECHA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA.

DESDE MI CALLE, que ésta si, es la calle de todos.