Entradas populares

jueves, 25 de septiembre de 2014

DESDE MI CALLE

                                                                   POEMASDE PABLO NERUDA

Poema I

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui sólo como un túnel. De mi huían los pájaros
Y en mi la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme,
Ah los vasos de pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosa del pubis! Ah tu voz lenta y triste

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga, y el dolor infinito.

Poema II

En su llama mortal la luz te envuelve.
Absorta, pálida doliente, así situada
contra las viejas hélices del crepúsculo
que en torno a tí da vueltas.

Muda, mi amiga,
sola en lo solitario de esta hora de muertes
y llena de las vidas del fuego,
pura heredera del día destruido.

Del sol cae un racimo de tu vestido oscuro.
De la noche las grandes raices
crecen de súbito desde tu alma,
y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas,
de modo que un pueblo pálido y azul
de ti recién nacido se alimenta.

Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava
que en círculo que en negro y dorado sucede:
erguida, trata y logra una creación tan viva
que sucumben sus flores, y llena es de tristeza

Poema III

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose
lento juego de luces, campana solitaria,
crepúsculo cayendo en tu ojos, muñeca,
caracola terrestre, en ti la tierra canta!

En ti los rios cantan y mi alma de ellos huye
como tu lo desees y hacia donde tu quieras.
Márcame mi camino en tu arco de esperanza
y soltaré en delirio mi bandada de flechas.

En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla
y tu silencio acosa mis horas perseguidas,
y eres tú con tus brazos de piedra transparente
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida .

Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla
en el atardecer resonante y muriendo!
Así en horas profundas sobre los campos he visto
doblarse las espigas en la boca del viento.



                                                     
                                                     
           
                                                      
                                         .