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viernes, 18 de octubre de 2013

DESDE MI CALLE


NECESIDADES PARA ENTRAR EN POLITICA

Palabra de honor, me hubiera gustado vivir para y no de la política durante un período determinado de tiempo. Condición sine qua nom, siempre que me hubiera elegido el pueblo, del que procedo, sin formar parte de ninguna lista de partido, jerarquizada y cerrada, sistema que convierte en hombre o mujer sumiso ante el jefe de partido, que fué el que te colocó entre los suyos para que después representaras al partido, y sólo al partido y nunca, nunca al ciudadano.

Como ser humano, comprendo lo que soy y somos. Comprendo, pues, que alguien que, por diversos méritos, vive de la política, quiera seguir viviendo de la res pública, porque su salario es superior al que percibiría en su profesión y, además, goza de ese extraño placer que lleva implícito el cargo, sea cual sea, incluso el de edil de pueblecito mesetario. Ese personaje, por lo general, mediocre, vulgar, se convertirá en un "lindo gatito" para permanecer mandato tras mandato, legislatura tras legislatura, en el puesto que tiene allí, y, si es posible, jubilarse siendo senador o diputado. Un tipo con personalidad, dedica, como mucho, ocho años de su vida a la política y después se va para su casa y prestar toda su experiencia al partido que le cobijó. Un hombre con carisma, hecho, curtido, serio, criticaría, con argumentos, las directrices del jefe de su partido; denunciaría al compañero y camarada corrupto, a todo aquel "pájaro" que entró en política para enriquecerse, aprovechando las prebendas del cargo. pero el político, aún honrado, prefiere la omertà que desnudar al que se alimenta de la corrupción intistucional porque teme la expulsión del Edén político. Las purgas internas siempre acaban con los más preparados, dignos y congruentes. En política ganan, casi siempre, los pérfidos, los listos, no los inteligentes.

Admito que un servidor, ya hojalata oxidada por la humedad de la vida, habría durado en la res pública una tarde de invierno. No hubiese llegado a la postura del sol. Y, si acaso el destino hubiera jugado conmigo, quizá a ver el alba del día siguiente, hubiese despertado con un puñal en la espalda. !Que manden los que asuman la felonía como práctica común en el seno de los partidos, donde abunda el verdadero enemigo! Para llegar a la cumbre del sistema o sus alrededores, hay que tener callo en el alma, una sonrisa "Binaca" y haber tomado lecciones del camaleón del bosque más cercano. Intentar hacer política conlleva colocarse peto y espaldar, grebas y casco, lanza y acero. Si entras desnudo en cualquier partido, los canes hambrientos de cargos y puestos, te devoran.

DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.