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miércoles, 16 de julio de 2014

PASTORAL: SANTO DEL DIA


Papa León IV


(847-55). Romano, hijo de Radoald, elegido unánimemente para suceder a Sergio II y como el alarmante ataque de los sarracenos a Roma en 846 hizo temer al pueblo por la seguridad de la ciudad, fue consagrado (10 de abril de 847) sin el consentimiento del emperador.
Educado en Roma ,en el monasterio de S. Martín , cerca de S. Pedro. Su piedad atrajo el interés de Gregorio IV, que le ordenó subdiácono y creó cardenal presbítero de los Quatuor Coronati por Sergio II, En cuanto León fue Papa, muy contra su deseo, comenzó a tomar precauciones contra la repetición de la razzia de los sarracenos de 846, reparando las murallas de la ciudad reconstruyendo completamente 15 de las grandes torres. Fue el primero en rodear con murallas la colina vaticana., para lo que recibió dinero del emperador y ayuda de todas las ciudades y colonias agrícolas (domus cultae) del ducado de Roma. El trabajo se realizó en 4 años y la nueva parte amurallada se llamó “ciudad leonina”, en su nombre. En 852 las fortificaciones estaban completas y fueron bendecidas por el papa con gran solemnidad.
Mientras se construían las murallas, una gran flota de sarracenos salió hacia Roma, al parecer desde Cerdeña, pero fue completamente destruida cerca de Ostia por las flotas aliadas de Roma, Nápoles, Amalfi , Gaeta con el concurso de una tempestad ( 849). Una vez terminadas las murallas, León reconstruyó el Puerto y lo entregó a unos exiliados corsos a los que las incursiones sarracenas habían obligado a huir de sus hogares. Se fortificaron otras ciudades del ducado de Roma ya por el mismo Papa o debido a sus exhortaciones.
León fomentó las reparaciones del daño hecho por los sarracenos a las diferentes iglesias en las incursiones de 846. S. Pedro había sufrido severamente y aunque en conjunto no volvió a su anterior magnificencia León se las arregló para hacer partes más hermosas que antes.
S Martín , donde había sido educado, los Quatuor Coronati, donde había sido sacerdote, el palacio Laterano, el Burgo Anglo-Sajón, Subiaco y muchos otros lugares tanto en Roma como fuera de ella, fueron renovados por el enérgico León . El construyó la iglesia de Sta maría Antigua, que el decadente palacio de los Césares trataba de absorber, y cuyas ruinas han sido descubiertas. En 850 León se asoció en el imperio a Luis con su padre Lotario, imponiéndole la corona imperial. Tres años después saludó al niño Alfredo como rey (dice un antiguo historiador inglés) ungiéndole y recibiéndolo en adopción como hijo suyo, lo confirmó y volvió a enviar a Inglaterra con la bendición de S. Pedro Apóstol”.
El mismo año ( 853) reunió un importante Sínodo en Roma en el que se aprobaron varios decretos para mejorar la disciplina eclesiástica y la educación y para condenar a terco Atanasio, cardenal de S. Marcelo y antes bibliotecario de de la Iglesia romana. Igualmente, la conducta rebelde de Juan arzobispo de Rávena obligó a León a viajar a esa ciudad para imponer a Juan y sus cómplices respeto por la ley. León murió cuando trataba de inspirar el mismo respeto a otro arzobispo, Hincmaro de Reims. También Nomenoe que hasta su muerte fue duque de Bretaña, había desafiado su autoridad y hasta quería independizarse de la autoridad imperial y desafiando tanto a León como a Carlos el Calvo; depuso a algunos obispos, nombró notros nuevos y los sometió a la sede metropolitana que él mismo creó ( Dol). Hasta el siglo trece no recuperó el arzobispo de Tours su jurisdicción sobre los obispos bretones.
Mientras, S. Metodio, Patriarca de Constantinopla había suspendido a Gregorio Asbestas, obispo de Siracusa, por consagrar un obispo fuera de su diócesis. S. Ignacio, que sucedió a Metodio, prohibió a Gregorio que estuviera presente en su consagración. Gregorio rompió todas las relaciones con él. Esto llevó a Gregorio a romper todas las relaciones. Ignacio lo depuso y pidió al Papa que confirmara esta deposición, lo que no quiso hacer el Papa porque, como dijo, Ignacio había reunido a obispos y depuesto a otros sin su conocimiento, mientras que no debía haberlo hecho en la “ausencia de nuestros legados o cartas nuestras”. A `pesar de que León estaba entonces en oposición al Patriarca de Constantinopla, uno de sus dependientes, Daniel, un magister militum, acusó a Luis, el emperador franco, de querer derrocar el poder de los francos con una alianza con los griegos. León no tuvo dificultades en demostrar a Luis que la acusación no tenía base. Daniel fue condenado a muerte y solamente logró librarse por intercesión del emperador.
Poco después murió León y fue enterrado en S. Pedro (17 de julio, 855)

DESDE MI CALLE


A veces hablamos como verdaderos colgados del dinero ajeno, y nos cabreamos cuando el que nos presta la pasta quiere cerrar el grifo y nos dice que no, que ya está bien, que así no se puede seguir. Esa es la impresión que tengo cuando escucho por ahí que el Estado desea colocar (es decir pedir prestado a inversores)  lo que sea para mantener servicios servicios públicos, las pensiones, el estado del bienestar y demás partidas presupuestarias que todos tenemos por necesarias. 

Naturalmente eso hay que, o bien a corto, mediano o largo plazo, pagar a esos inversores que de esa manera se convierten en nuestros acreedores. Ciertamente, que. como todo hijo de vecino, si no se cumple con las obligaciones de pago en los plazos acordados, más temprano que tarde, nos daremos de bruces con que los prestamistas vendrán con el garrote a por lo suyo. Y entonces diremos que son unos canallas, eludiendo nuestras responsabilidades. 

Hablemos de lo que sucede en este paìs llamado España, y de su actual Gobiermo. ¿ Qué ocurriría si nos pusiéramos por un momento en el lugar de los que prestan el dinero? A lo mejor ya no lo veríamos tan claro. Pero eso no es lo peor. Lo peor no es lamentarse por la enorme deuda que arrastra el país. es preguntarse dónde ha ido a parar ese dinero, porque todo el que pide prestado tiene que emplear el capital en aumentar su producción y aumentar su rendimiento por encima del tipo de interés, es decir, por encima del coste del dinero. 

¿Y hemos conseguido aumentar la producción estos años de manera que podamos devolver ese incremento de deuda? En absoluto. Nuestro PIB ha bajado entre un diez y un veinte por ciento, o incluso más, dependiendo de si nos creemos o no las cifras oficiales. ¿Hemos conseguido, con ese dinero, que haya más empleo? Para nada. Hay varios millones más de parados. ¿Hemos logrado, al menos, que los ciudadanos reciban un mejor servicio o que mejore la productividad del país? Ni de lejos. Además de pedir prestado nos hemos comido los recortes. 

¿Entonces qué puñetas ha pasado aquí? ¿Dónde está todo ese dinero que hemos pedido prestado y que alguien tendrá que devolver, de una manera u otra, en el futuro? Se ha empleado en subvencionar sectores improductivos, mantener en pie a muertos vivientes como la banca pública  y sostener el aparato administrativo del Estado. 

Visto así, ¿qué van a pensar de nosotros los que nos prestan? ¿Qué piensan ya? 

España está a cinco segundos del desastre: los cinco segundos que tarda Mario Draghi en decir que, de momento, el Banco Central Europeo, no va a comprar más deuda pública. 

O sea que al tanto...

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos