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martes, 25 de febrero de 2014
DESDE MI CALLE
EL MAS IMPORTANTE.
Existen personas que sueñan con un reino de poder y dominio. Discuten acaloradamente sobre quién debe ser el más importante.
Otros piensan en que más fácil es que los que desean ser los primeros, lleguen a ser los últimos. Que se les obligue a ser servidores, si servidores, de los demás.
Es un contraste tan drástico como evidente.
Que el servir debe ser un valor que se cotiza mucho, se observa, desgraciadamente, porque no está en "la onda" de lo que se usa hoy en día. Está en desuso aquello que nos inculcaron de pequeños "vale quien sirve, servir es un honor".
Se hace hincapié en que la socieda debe tener organización, jerarquía, autoridad. ¿para qué? ¿por quién? ¿cómo? En cambio, se deja a un lado, intencionadamente, en que la regla de oro debe ser el servicio a los demás, pues servir es no buscarse a sí mismo, no pretender protagonismo. Es estar en segundo plano, no considerarse el más importante. Es hacer crecer al otro. Es, incluso si fuese necesario, dedicar toda su vida al que lo necesite..
Quede claro que esta actitud de servicio, necesaria y justa, debe ser algo intrínseco en toda persona que se precie de tal. Se debe desterrar a aquellos que, amparándose en su cargo o situación personal, les entre la vena de la soberbia, de la altanería, de la vanidad, del afán de figurar, del considerarse EL MAS IMPORTANTE.
DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos.
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