Entradas populares
-
San Maximiliano Kolbe Mártir Año 1941 Es este uno de los mártires modernos. Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado...
-
SAN MATEO
-
REFLEXIONANDO DESDE MI BUTACA Pienso que existe un duelo entre dos fuertes antagonismos: RAZON Y CORAZON. El CORAZON se alía con ...
-
¿DE QUE SE ENFADAN LOS POLITICOS? Mariano Rajoy tiene razón cuando afirma que vamos saliendo de la crisis poco a poco. El ejemplo m...
-
NACER DE NUEVO Mirando las imágenes de los cientos de miles de refugiados que pululan por las costas de Grecia, por Sicilia, por Mac...
-
FLUJO DE REFUGIADOS: UNION EUROPEA Y TURQUIA Da igual que los turcos hagan escabechinas con los kurdos. Da igual que su gobierno gire...
-
HOSPITALEANDO No hay como el hospital como para ponerle el termómetro en el sobaco a la sociedad. En sentido literal y figurado. Basta ...
-
IMPOSTORES Aunque ya no existen muchas cosas con las qué asombrarme, una de ellas ha sido la de ese joven, admirador de Alejandro Ag...
-
11 de marzo 11 de marzo, un fecha que remueve desde hace 12 años el corazon de los ciudadanos de éste país. Una mañana cual...
domingo, 17 de noviembre de 2013
DESDE MI CALLE
SOBERBIOS, MENTIROSOS
Según el diccionario:Soberbio: "Altivo, Arrogante y Elevado".
Según la Revista de Filosofía de Fdo. Mauricio González,"Soberbia, el principal de los pecados capitales": !Apetito Desordenado de la Propia Excelencia!.
Podríamos decir hoy en día que el principal pecado de todos los gobernantes, de cualquier pais, organización territorial... es la soberbia. Soberbia en sus relaciones con los gobernados, que como el amo que no tiene contemplaciones con sus trabajadores a los que trata como esclavos, no reconoce sus esfuerzos cumpliendo sus deberes, y a los que ni siquiera merecen, !qué menos!, una palabra de agradecimiento. Tan soberbios son que únicamente les importa su mundo, su familia, su dinero, lo que ellos llaman su carrera, sentirse inmunes, superiores a los demás.
No reconocen méritos en nadie. Detestan a los que reclaman insistentemente justicia. Hacen caso omiso de las quejas que reciben. Como portadores que se creen de la verdad (de su verdad) desprecian las demandas, los gritos de desesperación de aquellos sus gobernados, de los que se desentienden día si y día también. No les importa esos carteles que les muestran y que dicen estoy esperando, esperando que cumplan lo que habían prometido. Les habían mentido y en su soberbia se sienten orgullosos de ello, complacientes con si mismos a causa de las ventajas que tienen, y se jactan de poseerlas sobre los demás. Hablan con sus gobernados con tono despreciativo, mirándolos con aire desdeñoso.
Recordémosles que debe ser la humildad y no la soberbia ni la mentira la que debe guiar los pasos de todo buen gobernante.
DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)