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viernes, 28 de febrero de 2014
DESDE MI CALLE
ANHELOS PENDIENTES.
La persona siempre tiene anhelos pendientes: de justicia, de comunicación, de libertad, la nostalgia profunda de reconciliación y fraternidad, la invencible voluntad de paz, la afirmación de la vida ante las amenazas que pesan sobre cada uno de los seres del universo. Son anhelos pendientes. La historia nos muestra que, aunque penosamente, se han ido realizando a lo largo de los siglos.
La serpiente, a la que se le presenta como símbolo del mal, incita a apropiarnos de todo lo bello, bueno y noble que se hace en el mundo. Como si tuviésemos, cada uno de nosotros y en exclusiva, la capacidad de hacer el bien. La historia nos enseña que son muchos los que han conseguido realizar todo lo bueno, bello, hermanando, amando y confraternizando. Allí donde se lucha por los humillados, alllí donde alguien hace el bien por los débiles y abandonados, allí donde se lucha por la fraternidad y la justicia, es allí donde las personas vencemos a las serpientes.
Existen personas, que, y sin saberlo ellas, están dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo. Por ese motivo, siempre que se acercan a uno de ellos, y les atienden, acogen, e intentan paliar sus necesidades, consiguen que la justicia, la fraternidad, llegue a todos ellos, aparcando toda forma de soberbia, de orgullo, de ambición sin límites, de hipocresía.
DESDE MI CALLE que sigue siendo la calle de todos.
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