DESDE MI CALLE

CARRASPEO CORRUPTO-TIJEREJAZO

Me lo cuentan de primer oido. El domingo por la noche dos hermanos, plenamente solidarios en la desgracia, enferman a la misma hora, tal que un rato después de cenar. Las caras, ya de por sí blanquitas, se confunden con el tono asabanado de los fantasmas. El baño es la pieza del piso que reclama su presencia con frecuencia alarmante. Se sincronizan con precisión asombrosa para echar por la boca el revoltijo de unos estómagos atormentados. el lenguaje popular define como "noches toledanas" las noches infames y aúin en la madrugada del lunes continúaban los retortijones.
No queda otra cosa que recurrir al centro de salud en pleno mediodía pasado por agua. Les atiende una sustituta, porque el médico oficial ése día no está. Nada que objetar al examen corporal de la médica, que muestra interés por el estado de ambos. Lo típico, !un estado vírico que afecta al aparato digestivo!. Cada vez que a los chavales les duele algo va a ser cosa de un virus. Primera sorpresa. A la mayoría de los chicos las recetas en que se les apunta las medicinas tiene bordes verdes. La impresora escupe dos certificados y, además, la médica de cabecera abre el taco de impresos tintados en negro para escribir otro producto. El padre le recuerda lo de la receta roja y, sin embargo ... "Es que esto ya no entra por la seguridad social". "Esto" es un jarabe para cortar la tos de toda la vida con nombre que parece pronunciado por un chino. Piensa, !con los recortes hemos topado!.
El mayor de los hermanos va mejorando. No así el otro, cuyo estómago se empeña en mostrarse como un volcan por donde escapa la lava procedente del estómago. Así que el jueves toca el suplicio de llamar al ambulatorio para pelear en una batalla perdida con esa grabación que de tanto preguntar se torna en un interragotorio. Al fin agotados ya el dinero telefónico y la paciencia, la voz enlatada, adjudica el primer hueco para las 11 y media del día siguiente.
Demasiado tarde, vuelta al móvil con el fin de, al menos, hablar con el titular de la consulta sobre qué hacer mientras tanto. Segunda sorpresa. El listado de recados telefónicos es tal que el doctor no podrá llamar hasta mañana.Se informa a la recepcionista para qué, que entonces paciente y médico se verán de frente. "¿Quiere que le llame"?  En fin, ahorro más detalles. Excepto uno, el padre hace saber que el dineral que paga al mes en seguridad social -¿gratuita?¿acaso las cuotas no son pagos?- difiere de la celeridad en el servicio. De modo educado y en un arranque de sinceridad, la empleada del centro de salud vaticina. "Y esto va a ir a peor". Con los recortes hemos copado. Por fin llega el cara a cara. Conviene consultar con un especialista, y la primera cita con la etiqueta de preferente, se fija el 21 de febrero. Y el consuelo "Si llega a ponerse ordinario sería en marzo".
Con los recortes hemos topado. Este señor coge el periódico y lee los paraísos fiscales donde dicen que reposa las fortunas de los Pujol, Urdangarín, y la Suiza verde de vacas blancas donde, al parecer, guardaba 22 millones de euros el ex-tesorero del PP.
Tos repetida, carraspeo corrupto, y el personal víctima, sin ni siquiera con el recurso al pataleo.

Todo esto lo escucho DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.