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domingo, 3 de noviembre de 2013

DESDE MI CALLE


CONMEMORACION POR LOS DIFUNTOS

Para muchas personas el mes de noviembre, y no únicamente los días 1(Todos los Santos) y 2 (Día de Difuntos), es un tiempo de conmemoración de los difuntos, especialmente de sus familiares, amigos y conocidos.

En el hemisferio norte estamos en el corazón del otoño. La naturaleza vive su propia muerte, Todo- la luz solar, las hojas de los árboles- va muriendo lentamente. Podríamos decir que el otoño es una alegoría de ese morir lento que día a día, mes a mes, año tras año, nos acompaña a todos. Desde que nacemos estamos ya listos para morir.

Cada año, cuando llegan estas fechas, abrimos nuevamente el baúl de los recuerdos. De él sacamos los rostros y los nombres de todos aquellos hombres y mujeres que han estado vinculados a nosotros. Algunas personas viven estos momentos con gran tristeza. Si pudieran, evitarían toda conmemoración. No pueden soportar el recuerdo o el dolor de la separación. Otras, por el contrario, superada la fase de desgarro, viven estos momentos con gran serenidad.

Más allá de nuestra manera personal de evocar a nuestros seres queridos que ya han fallecido, ¿cúal es el sentido de estos días? ¿agradecerles que nos hayan ayudado a ser lo que somos? Cada persona muerta es una semilla de vida. Con el paso del tiempo, tomamos conciencia de lo que tal vez no comprendimos cuando se estaba produciendo: tantos detalles de amor, de cercanía. La gratitud, según el Diccionario Manual de la Lengua Española, es un sentimiento de reconocimiento que se tiene hacia una persona que te ha hecho un favor, un servicio o un bien. ¿Hemos sido conscientes durante el tiempo que compartimos con ellos de los favores, servicios y bienes que tuvieron con nosotros? ¿Alguna vez comprendimos lo que en realidad significaban para nosotros?.

Reflexionemos sobre eso, y, aunque ya no están con nosotros, sí podemos en nuestro interior reconocer esos valores que nos transmitieron y sentir que seguimos amándoles y recordándoles día a día.

DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.

2 comentarios:

  1. Una magnífica reflexión sobre la muerte, que no es tal

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  2. Amigo Miguel Ángel, este es un tema tabú para ciertas personas, que no desean hablar de la muerte; la muerte hay que verla como parte de la vida misma, lo has dicho tú muy bien: -"cada persona muerta es una semilla de vida"-; es verdad, el ejemplo lo tenemos en los árboles y plantas que, dejan las semillas para volver otra vez a ser planta o árbol, o a volver a la vida, en este caso la vida vegetal; lo mismo ocurre con los humanos que, antes de morir hemos dejado nuestra semilla para volver otra vez a la vida. Con este razonamiento diremos, que la muerte no existe porque transmitimos la vida a nuestros seres queridos.
    Un abrazo ( para enviar esta respuesta, tengo que leer y poner las letras retorcidas, no sé si me entiendes y así demostrar que no somos robots)
    Solución: poner tu correo electrónico en mi blog. Tampoco sé si es cierto!!

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