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domingo, 17 de noviembre de 2013

DESDE MI CALLE

 
SOBERBIOS, MENTIROSOS

Según el diccionario:Soberbio: "Altivo, Arrogante y Elevado".
Según la Revista de Filosofía de Fdo. Mauricio González,"Soberbia, el principal de los pecados capitales": !Apetito Desordenado de la Propia Excelencia!.

Podríamos decir hoy en día que el principal pecado de todos los gobernantes, de cualquier pais, organización territorial... es la soberbia. Soberbia en sus relaciones con los gobernados, que como el amo que no tiene contemplaciones con sus trabajadores a los que trata como esclavos, no reconoce sus esfuerzos cumpliendo sus deberes, y a los que ni siquiera merecen, !qué menos!, una palabra de agradecimiento. Tan soberbios son que únicamente les importa su mundo, su familia, su dinero, lo que ellos llaman su carrera, sentirse inmunes, superiores a los demás.

No reconocen méritos en nadie. Detestan a los que reclaman insistentemente justicia. Hacen caso omiso de las quejas que reciben. Como portadores que se creen de la verdad (de su verdad) desprecian las demandas, los gritos de desesperación de aquellos sus gobernados, de los que se desentienden día si y día también. No les importa esos carteles que les muestran y que dicen estoy esperando, esperando que cumplan lo que habían prometido. Les habían mentido y en su soberbia se sienten orgullosos de ello, complacientes con si mismos a causa de las ventajas que tienen, y se jactan de poseerlas sobre los demás. Hablan con sus gobernados con tono despreciativo, mirándolos con aire desdeñoso.

Recordémosles que debe ser la humildad y no la soberbia ni la mentira la que debe guiar los pasos de todo buen gobernante.

DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.



1 comentario:

  1. Amigo Miguel Ángel, conozco a personas con una gran soberbia y te diré que, no me satisface nada en absoluto tener que aguantar la prepotencia y el egoísmo que comporta ser un soberbioso.
    Admiro mucho más a las personas humildes, porque son más humanitarias y están dispuestas a ayudar al prójimo.
    Te digo rotundamente, que no estoy ni estaré al lado de ningún soberbio, prefiero la humildad.
    Un abrazo.

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