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miércoles, 19 de marzo de 2014

DESDE MI CALLE


PERDON Y OLVIDO

 En el Museo del Holocausto que se encuentra en la zona oeste de Jerusalén, hay una inscripción que reza así: " PERDONAMOS, PERO NO OLVIDAMOS"

Quiero entender la sentencia en el mejor sentido: perdonamos a nuestros verdugos, pero no queremos olvidar sus acciones, para que esta memoria impida que se repitan en el futuro.

Hoy se habla mucho de "recuperar la memoria", tanto en el plano personal como en el colectivo. Me merece mucho respeto este tratamiento, al que incluso podríamos llamar terapéutico, de la memoria. Pero, a menudo, no llega a su meta. Se detiene en la peligrosa fase del resentimiento y de la venganza. Esto explica una buena parte de los sinsabores, de las amarguras, de la agresividad con la que a menudo se conduce en la vida.

Creo que la mejor manera de perdonar es "olvidando". Perdonar significa creer en la capacidad que los seres humanos tenemos de empezar de nuevo. El perdón no es un simple armisticio para hacer tolerable la vida, sino una nueva creación que nos aproxima a la dignidad del ser humano. Creo que nuestro gran desafío es llegar a entender que toda la existencia la vivimos en la dinámica del perdón, que es como decir la dinámica del comienzo permanente.

El perdón es un atributo de los fuertes.

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos

3 comentarios:

  1. El problema del perdón es que no se borra del todo el odio. En el fondo siempre queda un resquemos un poso de odio por la barbaridad infligida a un ser humano.
    Hay personas que de verdad perdonan y eso es lo verdaderamente humano. Por eso estoy de acuerdo con:'El perdón es un atributo de los fuertes'

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  2. No estoy de acuerdo hoy contigo Miguel. Se debe perdonar, pero no olvidar. Por las víctimas de toda clase de horrores pasados, que merecen memoria, pero sobre todo por los que vienen. Para que no tengan nunca que conocer algo ni remotamente parecido a lo que antes se vivió. Y creo que estamos fracasando....

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  3. El perdón dignifica al hombre, amigo Miguel Angel. Se demuestra fortaleza y no debilidad y sobretodo une más a esta sociedad que, cada día reina más el egoísmo, el odio y la soberbia. Tengo que disentir de la amiga Cata, ¡ lo siento Cata, por este mundo lleno de obstáculos, se anda mejor sembrando el amor y el perdón!.
    Un amigo deseoso de la paz y la buena convivencia, os quiere. UN ABRAZO.

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