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sábado, 19 de abril de 2014

DESDE MI CALLE






                                                  HISTORIAS .....

Una conocida historia tomada del mundo de la política ilustra bien sobre la soberbia y autocomplacencia que pueden darse:

Dice así: El aristócrata (el magnate, el poderoso) llama al mayordomo (el trabajador, el parado, el buscador de empleo) y le hace una serie de preguntas "¿Si tu padre te pregunta si sabrías como educar a tus hijos? ¿Qué le contestarías? ¿Si tu padre te pregunta cómo le prepararías para su primer trabajo? ¿Qué le contestarías?" El mayordomo no comprende el sentido, ni siquiera el enunciado. El artistócrata paladea su triunfo ante los que allí presentes estaban atentos a las preguntas ¿Os dáis cuenta?, les dice. Por eso no creo en la democracia. Porque las decisiones de un Estado no pueden depender de unos cuantos de millones de personas como ésta.

Así nos pasa en este país oscoruntista y silencioso. Reflexionemos en que no es sólo la oscuridad lo que  afecta a los numerosos mayordomos, también el aislamiento, el silencio. Nos rompe algo por dentro, y, a nuestro pesar, nos cuesta ver el camino que nos pueda librar, salvar, de todos éstos aristócratas.

Decía Víctor Frankl, que encontrar ese camino que da sentido a la vida, es independiente de la edad, del sexo, del cociente intelectual o del grado de instrucción de la persona, de su condición social o económica. Decía Gabriel García Márquez, recién fallecido, que "El amor es tan importante como la comida, pero no alimenta". Eso deberíamos repetirlo diariamente a la multitud de aristócratas que nos rodean, que si, que aunque rebosemos amor, nos falta comida. Esa comida necesaria para alimentar a tantos mayordomos como están necesitados de ella.

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos.

1 comentario:

  1. Amigo Miguel Ángel, has explicado muy bien como piensan los aristócratas ( los poderosos, que detentan el poder) que piensan de sus mayordomos ( el ciudadano simple y llano). Si por ellos fuera, estaríamos regidos aún por esa gentuza de la aristrocracia.
    Un abrazo.

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