Entradas populares
-
San Maximiliano Kolbe Mártir Año 1941 Es este uno de los mártires modernos. Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado...
-
SAN MATEO
-
REFLEXIONANDO DESDE MI BUTACA Pienso que existe un duelo entre dos fuertes antagonismos: RAZON Y CORAZON. El CORAZON se alía con ...
-
¿DE QUE SE ENFADAN LOS POLITICOS? Mariano Rajoy tiene razón cuando afirma que vamos saliendo de la crisis poco a poco. El ejemplo m...
-
NACER DE NUEVO Mirando las imágenes de los cientos de miles de refugiados que pululan por las costas de Grecia, por Sicilia, por Mac...
-
FLUJO DE REFUGIADOS: UNION EUROPEA Y TURQUIA Da igual que los turcos hagan escabechinas con los kurdos. Da igual que su gobierno gire...
-
HOSPITALEANDO No hay como el hospital como para ponerle el termómetro en el sobaco a la sociedad. En sentido literal y figurado. Basta ...
-
IMPOSTORES Aunque ya no existen muchas cosas con las qué asombrarme, una de ellas ha sido la de ese joven, admirador de Alejandro Ag...
-
11 de marzo 11 de marzo, un fecha que remueve desde hace 12 años el corazon de los ciudadanos de éste país. Una mañana cual...
jueves, 15 de mayo de 2014
DESDE MI CALLE
AMBIENTE EN QUE VIVIMOS
Reconozco que a veces estoy algo obsesionado con la increencia de la que los sociólogos levantan acta en el ambiente en que vivo. Y yo mismo la percibo en los criterios que se manejan en los medios de comunicación social, en conversaciones con algunos conocidos, en la manera cómo se conducen -al menos externamente- muchas de las personas que crean opinión.
¿Será verdad que los ciudadanos estamos en el medio entre dos grandes poderes como son el Gobierno y la Banca? ¿Será verdad que su palabra ha perdido crédito? ¿Será verdad que ya ninguno de esos poderes sirve para iluminarles y darles esperanza? Esto es lo que solemos decir. Pero a veces ante la increencia verbal, se agazapa una profunda y agónica inquietud.
¿A través de qué signos, podemos entender que ésta situación tiene solución? ¿Cómo podemos experimentar el creer que, si bien estamos en medio de ellos, tanto el Gobierno como la Banca desean nuestro bien? ¿Cómo es posible que hayan perdido la sensibilidad ante todos aquellos que desesperadamente confían en ellos? ¿Debemos pensar que únicamente actúan movidos por el orgullo y el deseo del poder? ¿Es que se consideran una élite privilegiada, la única?.
Todas estas preguntas me las hago a mí mismo para caer en la cuenta que estoy despierto, y que todavía puedo estremecerme ante la injusticia de ése poder que, en este momento, lo controla todo.
Despertémonos y pensemos que está en nuestra mano el cambiar esta situación y anular ese poder inmesirecorde con nuestro esfuerzo.
DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario