SAN GERARDO MAYELA
Gerardo nace en 1726 en Muro, pequeña ciudad del sur de Italia. Tiene por suerte tener de madre a Benedecta, que le enseñará en inmenso e ilmitado amor a Dios.
Con doce años se tiene que hacerse cargo de toda la familia al morir su padre. Se convierte en aprendiz de sastre con uno del lugar que lo maltrata. Tras cuatro años de aprendizaje, justo cuando estaba capacitado para abrir una sastrería propia, entra al servicio del obispo de Lacedonia, hombre de duro carácter. Los amigos le aconsejan que no acepte aquel puesto, pues todos los sirvientes abandonaban el oficio tras pocos meses. Pero a Gerardo eso no le asusta y permanece con él hasta su muerte, tres años después.
En 1745 con 19 años regresa a Muro estableciéndose como sastre. Su negocio prospera, pero es poco el dinero que gana. Regala prácticamente casi todo lo que tiene. Pone aparte lo que necesita para su madre y sus hermanas, y el resto lo da a los pobres. Para él la caridad y la solidariedad cotidiana son un constante crecimiento en el amor de Dios. Su deseo de seguir a Cristo le lleva a pedir ser admitido por los Capuchinos, pero su petición es denegada por ser delgado y de débil salud.
Los Redentoristas llegan a Muro en 1749. Gerardo participa activamente en la Misión Popular y es conquistado por la vida de los misioneros. Pide ser admitido como miembro del grupo, pero el Superior, padre Cáfaro lo recha a causa de su salud enfermiza. Tanto insiste Gerardo a los misioneros que, cuando éstos están a punto de marcharse de la ciudad, el padre Cáfaro aconseja a su familia que lo encierren en su habitación. Gerardo anuda la sábanas de la cama y se descuelga por la ventana para seguir a los misioneros. En la mesita deja un mensaje para su madre: "Voy a hacerme Santo". Recorre cerca de 18 Kmts. para alcanzar a los misioneros. "Llevadme con vosotros, dadme una oportunidad, y echadme a la calle si no valgo", dice Gerardo. Ante tanta insistencia, el padre Cáfaro envía a Gerardo a la comunidad redentoriste de Deliceto, con una carta que dice: "Les mando a otro hermano que será inútil para el trabajo".
En 1755 le sobreviene una hemorragia junto con disentería. Sobre su puerta pone el siguiente letrero: "Aquí se hace la voluntad de Dios, como Dios quiere, y hasta cuando El quiera". Muere al amanecer del 16 de Octubre de 1755, en la comunidad redentorista de Materdomini.
Amigo Miguel Ángel. Gerardo Mayela, es el primero que conozco que, tuviera como meta ser santo; gracias a su perseverancia lo consiguió. Murió muy joven, por su delicada salud.
ResponderEliminarUn abrazo.