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jueves, 17 de diciembre de 2015

DESDE MI CALLE


OLENTZERO


Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desharrapado, manchado de carbón, de buen comer y borrachín. Aita Donostia lo describe como "cabezón sin inteligencia" (buruhandia, entendimendu gabea) o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.

La primera referencia en la historia es con los Fueros Navarros. Según el historiador Isasti de Lezo (XVII), Onenzaro es el nombre recibido por la víspera de Nochebuena.

 Hay constancia de la existencia en el territorio vasco de la conmemoración del solsticio de invierno y el renacimiento de la naturaleza y del sol. En esta línea, el aspecto desharrapado, descuidado y viejo del personaje simbolizaría el tiempo pasado y su quema, manera habitual en la que terminaba el pasacalles del día de Nochebuena, representa la destrucción de toda relación con el "tiempo viejo" y el recibimiento de un nuevo tiempo. El paso de un tiempo que ya muere a uno renovado y lleno de vida, en palabras de J.M. Satrústegui, "supone dejar el camino libre al año que llega".

 El cristianismo adaptó las costumbres locales anteriores a sus nuevas creencias. El personaje Olentzero se habría convertido en el anunciador de la noticia del nacimiento de Jesús (como también lo hicieron los gentiles, que coinciden con Olentzero en el tipo de vida aislado que mantienen). Se dota al personaje de un significado cristiano y hogareño acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. La comparación con el nórdico Papá Noel, en particular en el País Vasco Francés, fue inevitable.

Desde la representación del "tiempo viejo" hasta la actual encarnación del bonachón carbonero que hace regalos a los niños se ha producido una evolución muy profunda. La mayor parte de la misma se ha realizado en la última parte del siglo XX.

El personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o jentil que se convierte al cristianismo, da paso a las versiones más modernas de un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él. En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus, de los Reyes Magos y del Niño Jesús convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños.

 Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma que puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros venerable. Así la canción tradicional de Olentzero, que en muchas versiones lo describe como entendimendu gabea ("sin entendimiento"), en otras versiones lo proclama entendimentuz jantzia ("(re)vestido de entendimiento").

 Últimamente se ha introducido la figura de Mari Domingi (una mujer mencionada en una canción tradicional en euskera) como esposa o novia de Olentzero, con la intención de evitar el supuesto sexismo que tendría el dar todo el protagonismo a un personaje masculino. Diversas voces —sobre todo feministas— han criticado que se altere la tradición de este modo con el fin de dar a Mari Domingi un rol que a fin de cuentas resulta netamente secundario.

Canción tradicional

 

Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera.
Aditu duenean
Jesus jaio dela
lasterka etorri da
berri ona ematera.
Horra! Horra!
Gure Olentzero!
Pipa hortzetan duela
eserita dago
kapoiak ere baditu
arraultzatxoekin
bihar meriendatzeko
botila ardoakin.
 Olentzero buruhandia
entendimentuz jantzia
bart arratsian edan omen du
bost arruako sagia
ai urde tripahaundia
la,lara,lara ai urde tripahaundia
la,lara,lara,laralara
Olentzero se ha ido
al monte a trabajar
con la intención
de hacer carbón.
Cuando ha oído
que ha nacido Jesús
ha venido corriendo
a dar la buena noticia.

¡Míralo! ¡Míralo!
¡Nuestro Olentzero!
Está sentado
con la pipa entre los dientes
también tiene gallos capón
con huevecitos
para merendar mañana
con una botella de vino.
Olentzero cabezón
tan sabio
ayer por la tarde se bebió
un montón de litros de vino.
¡Ay menudo tripón!
la,lara,lara
¡Ay menudo tripón!
lara, larala, laralala


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