Entradas populares
-
San Maximiliano Kolbe Mártir Año 1941 Es este uno de los mártires modernos. Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado...
-
SAN MATEO
-
REFLEXIONANDO DESDE MI BUTACA Pienso que existe un duelo entre dos fuertes antagonismos: RAZON Y CORAZON. El CORAZON se alía con ...
-
¿DE QUE SE ENFADAN LOS POLITICOS? Mariano Rajoy tiene razón cuando afirma que vamos saliendo de la crisis poco a poco. El ejemplo m...
-
NACER DE NUEVO Mirando las imágenes de los cientos de miles de refugiados que pululan por las costas de Grecia, por Sicilia, por Mac...
-
FLUJO DE REFUGIADOS: UNION EUROPEA Y TURQUIA Da igual que los turcos hagan escabechinas con los kurdos. Da igual que su gobierno gire...
-
HOSPITALEANDO No hay como el hospital como para ponerle el termómetro en el sobaco a la sociedad. En sentido literal y figurado. Basta ...
-
IMPOSTORES Aunque ya no existen muchas cosas con las qué asombrarme, una de ellas ha sido la de ese joven, admirador de Alejandro Ag...
-
11 de marzo 11 de marzo, un fecha que remueve desde hace 12 años el corazon de los ciudadanos de éste país. Una mañana cual...
sábado, 11 de marzo de 2017
DESDE MI CALLE
POLITICOS CHARLATANES
Este partido, está pudriéndose por la inmensa gusanera de caciques y caciquillos, En cada capìtal hay cincuenta que quieren imponer los caprichos de su vanidad y de su ambición a todos sus correligionarios... Y si nada más hubiese esos cincuenta, menos mal. Luego vienes los caciques de distrito, de barrios ...
Éste párrafo podría formar parte de cualquier artículo publicado hoy mismo. Sin embargo fué escrito por Benito Pérez Galdós en 1910.
La mitomanía es una dolencia común, pandémica. Quien convive a diario con la mentira compulsiva, como arma o escudo fundamental, contrae con ésta un compromiso irrevocable: se convierte, sin redención, en un burdo perro de paja más sofisticado que los malvados personajes de la película de Peckinpah.
De ninguna manera puede digerirse (si no es por enfermedad) la galopante irresponsabilidad y la desfachatez con la que algunos políticos actúan. A pesar de ser conscientes de que no pueden salvarse del averno, siguen negando la aplastante evidencia con una flema sorprendente.
Mientras, como aquellos pícaros y entrañables charlatanes que instalaban el puesto en plena calle y se hinchaban a vender lociones capilares a los calvos con un peine de regalo, los mesías del siglo XXI, seguirán contando su cuento a quien quiera, o necesite escucharles.
DESDE éste RINCÓN de MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos, o de casi todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo de los cuentos ya nos lo dijo de forma poética y desgarrada León Felipe, pero por desgracia somos pocos los que advertimos y denunciamos esas circunstancias, la mayoría calla y otorga aunque algunos de ellos se diga para sus adentros, se creerán estos que me he tragado el cuento.
ResponderEliminar