Entradas populares
-
San Maximiliano Kolbe Mártir Año 1941 Es este uno de los mártires modernos. Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado...
-
SAN MATEO
-
REFLEXIONANDO DESDE MI BUTACA Pienso que existe un duelo entre dos fuertes antagonismos: RAZON Y CORAZON. El CORAZON se alía con ...
-
¿DE QUE SE ENFADAN LOS POLITICOS? Mariano Rajoy tiene razón cuando afirma que vamos saliendo de la crisis poco a poco. El ejemplo m...
-
NACER DE NUEVO Mirando las imágenes de los cientos de miles de refugiados que pululan por las costas de Grecia, por Sicilia, por Mac...
-
FLUJO DE REFUGIADOS: UNION EUROPEA Y TURQUIA Da igual que los turcos hagan escabechinas con los kurdos. Da igual que su gobierno gire...
-
HOSPITALEANDO No hay como el hospital como para ponerle el termómetro en el sobaco a la sociedad. En sentido literal y figurado. Basta ...
-
IMPOSTORES Aunque ya no existen muchas cosas con las qué asombrarme, una de ellas ha sido la de ese joven, admirador de Alejandro Ag...
-
11 de marzo 11 de marzo, un fecha que remueve desde hace 12 años el corazon de los ciudadanos de éste país. Una mañana cual...
lunes, 7 de mayo de 2018
PASTORAL: SANTO DEL DIA
NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN
Corría el mes de mayo de 1630 cuando la milagrosa imagen de la Virgen de Luján llegó a la Argentina.
Antonio Farías Sáa, era un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) que quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Este hombre le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, la que le había encargado y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en una caravana rumbo a Sumampa.
La caravana se detuvo a orillas del río Luján a 67 kilómetros de Buenos Aires, en una hacienda, conocida como la estancia de Rosendo. Al llegar el otro día los carreteros iban a proseguir con el viaje, pero la carreta que llevaba la imagen no se movía, intentaron de todas las formas posibles que caminara, bajaron la mercadería, colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones.
Los carreteros retiraron una imagen y no se movió, la subieron y bajaron la otra, y la carreta marcho normalmente. En ese instante los hombres comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana, la de don Rosendo.
La familia se emocionó al ver la imagen y la colocaron el su casa, la noticia corrió por toda la región, y se enteraron hasta en Buenos Aires. Las personas empezaron a viajar al lugar, entonces don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa, en este lugar permaneció la virgencita desde 1630 hasta 1674.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario