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martes, 21 de mayo de 2013

DESDE MI CALLE


TABERNAS Y CAFETERIAS

Aún en ésta época de tanta "modernidad", perduran algunas de aquellas tabernas, las de siempre.
Voy a hablar de una en mi pueblo. Su nombre es castizo, lo denomino así queriendo expresar que ese nombre es el de su propietario. Entras en la taberna, y como, repito, las de antaño es taberna, panaderia, tienda de "chuchis" para niños.... Por las mañanas toman café los que, afortunados, van al trabajo. Acompañan a ese café, algún bollo, y a veces alguna copita de anis u orujo; según avanzan las horas entran los habituales a por el pan, recién salido del horno, y ya les tienen preparadas la barra, cocida o blanca, pan redondo, sin sal, etc. Igualmente tienen en las estanterías fruta, hortalizas, botellas de leche, o de bebidas ... o sea cosas que encuentras en las tiendas. Antes eran las mujeres las que venían y aprovechaban para tomarse su café con leche calentito. Ahora son más los hombres, normalmente jubilados, los que llegan a hacer ése "recadito". Lo hacen contentos pues así aprovechan y hablan con la chica del mostrador, guapa ella, mientras toman alguna copita sin que les vea su esposa. Sigue pasando la mañana, y ya van acudiendo más parroquianos. Estos, casi la mayoría chicos en paro, cambian el café o la copa, por un vino de la casa. Al mediodía se reùnen un grupo de "clientes" que después de estar un rato hablando de sus cosas, casi siempre de la crisis, de la falta de trabajo, de las noticias que van apareciendo en la televisión. Se discute sobre esas noticias, de los partidos de fútbol habidos el fin de semana anterior. Estas discusiones van acompañados de un vino o una caña o un mosto o... Algunos, piden un bocadillo. En esta taberna no suele haber pinchos "especiales", sino que el mostrador lo llenan con bocadillos,de los de siempre, tortilla de patatas, de jamon, de chorizo de lomo, de tocineta. Los sábados y domingos hacen unos especiales de anchoillas y de bonito con guindila, riquísimos.                                                                                       Algo que es un ritual es el que cuando llega las doce del mediodía, esa hora marca el comienzo de la diaria partida, generalmente tute y mus. Se sortea quienen van a ser los cuatro que las jueguen .Se saca una botella de vino (de crianza) y vasos para los que han estado en el sorteo. Se juega a "cara de perro". Las discusiones forman parte del juego. Si hay empate (una pareja gana al tute y la otra al mus) se echa a suerte el desempate,o tute o mus. La pareja perdedora paga la botella de vino que se ha sacado y que se ha bebido entre todos los compañeros. A los que han ganado les toca ir tambien al mostrador y pagar un vino y unas aceitunas. La"cuadrilla" se dispersa, unos se quedan en la taberna, otros van a hacer las compras, al que le "toca", o a ayudarle a su mujer con la comida (aunque no quieran decirlo hay muchos que hacen ellos la comida mientras su mujer está con las amigas tomando un café), o .. a seguir la "ruta" de los "elefantes" (no la del borbón sino la de los bares).
Yo, y ahora hablo en primera persona, que soy de los asiduos, junto con otros dos "mayores", me voy a la cafetería que está enfrente de mi casa. No es la taberna. Tampoco los "clientes" son los mismos. Aquí son mayoría matrimonios jóvenes, abogados, empleados, algunos en paro y otros trabajando ambos, que aprovechan esa hora antes de recogerles a los críos de la escuela, para tomarse algo que para algunos es el desayuno, pues o bien han trabajado de noche,o su economía lo permite. El mostrador está lleno de pinchos. Son pinchos de esos que parecen que están preparados en la misma cocina y luego repartidos entre las cafeterías del lugar. Son parecidos, o iguales, en todas ellas. También la conversación de la gente es distinta. Aquí se habla de vacaciones, de lugares que has o vas a visitar, de pesca, de caza, de carreras de motos, de la fórmula 1. El tono de las conversaciones es más suave, no hay voces gritando "órdago" o "las cuarenta". Es también un lugar agradable, que si bien distinto a la taberna, son ambos compatibles.
Hemos de pensar que en estas horas de ocio, para algunos por desgracia impuestas, lo verdaderamente importante, es la compañía con el de al lado, con el vecino, con el necesitado, intentar comprenderle y ayudarle, en un marco en el que nos sentamos a gusto, sea taberna o cafetería.

Prefiriendo personalmente las tabernas de antaño a las cafeterías de hoy en día, pero sintiéndome bien en ambas, lo cuento DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.

2 comentarios:

  1. Miguel Ángel un relato entrañable, que lo he leído de un tirón como si estuviera personalmente en los sitios que has descrito y casi en las conversaciones. Me ha gustado mucho es un relato 'costumbrista' y muy real. Gracias.

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    1. Eres muy amable Javier. Me he emocionado, de verdad ya que soy un poco sensible, al leer que te ha gustado.Si, es algo por lo que, casi todos los días sucede en mi entorno. Esa taberna se llama "Mantas", y es de una familia que la tiene de siempre.

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