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sábado, 28 de diciembre de 2013

DESDE MI CALLE


INOCENTES

En estas fechas de Navidad parece que todos nos volvemos más sensibles a la humanidad, a todo lo que el resto del año parece que está dormido o dormitando. Bueno, siempre es bueno que reflexionemos sobre  lo que estamos viviendo, aunque sea Navidad.

Hoy es el día de los inocentes, de los que murieron entonces, y de los que mueren hoy. De los inocentes que no pueden defenderse en la vida, de los que no tienen voz, de los que no han sido registrados en ningún sitio y por tanto no existen en los documentos oficiales, pero que si tienen vida propia como la tuya y la mía.

Hoy también es el día también de los que tenemos a nuestro lado, de nuestros niños, los que serán mañana los hombres y mujeres que vivan entre nosotros, a los que les enseñemos a soñar con mundos de colores y espumas, de algodón y ternura. De los que tienen un corazón limpio y no han olvidado la sencillez y las ganas de seguir descubriendo la bondad en el corazón de las personas.

Felicidades si hoy sigues sintiendo por dentro la inocencia que te hace asomar a la vida con una mirada limpia. Felicidades si todavía sigues apostando por el amor, a pesar de todo lo que te hayas encontrado de negativo en tu camino. Felicidades si te has despertado y has mirado al sol y a la tierra y te han parecido hermosos. Felicidades si quieres sentir la brisa en tu cara y no te importa lo que tus vecinos lo critiquen... porque la inocencia sigue siendo tu fiesta.

HAGAMOS DE ESTE MUNDO UNA CASA DONDE TODO HUELA MAS A INOCENCIA, A PAN Y JUSTICIA.

DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.

1 comentario:

  1. Amigo Miguel Ángel, bonito relato sobre la inocencia; deberíamos de tener todo el mundo, aunque sea, un poco de inocencia en nuestros corazones; el mundo sería mejor, porque, no habría lugar para tanta maldad en el corazón del hombre.

    El hombre debería de recopilar más ternura, más amor y conseguir despojarse del odio que genera el mal; para conseguir un mundo sin odio, sin guerras donde reine la paz y la felicidad, necesitamos que en nuestros corazones estén impregnados de la inocencia. ¡¡ Dónde reina la inocencia, no hay cabida para el mal!!.

    Un abrazo.

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