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martes, 22 de abril de 2014

DESDE MI CALLE


VICTORIAS EFIMERAS.-

La historia atestigua lo efímeras que son las victorias: Los imperios acaban cayendo y siendo sustituidos por otros, las ideologías envejecen rápidamente y se suceden sin solución de continuidad, las cosas que parecen más sólidaas y estables (instituciones, ideas, sistemas culturales, etc.) acaban cediendo y sucumbiendo ante el inexorable desgaste del tiempo. Conocen momentos de explendor y decadencia, de expansión y retirada. También sus "victorias de tejas abajo" acaban resultando pasajeras.

Nuestro tiempo está siendo generoso en ejemplos del carácter efímero de esos triunfos. Hemos visto y leído en los medios de comunicación, revoluciones, caída de gobiernos. Los que ahora parecen más fuertes, sienten el aliento amenazador de otros emergentes, aunque no sabemos si para bien o para mal. Muchos están convencidos de que la crisis y la pérdida de confianza, influencia y poder de los paises más poderosos, es el principio de un fin sin vuelta atrás. Hay quienes lo celebran con júbilo; otros lo miran con temor y pesimismo; o con proyectos de diverso signo (de restauración o revolucionarios, conservadores o progresistas).

No se trata simplemente de un trágico destino: el fracaso, uno más, de lo que no pasó de ser un bello sueño. Si fuera así sólo (es decir, de "tejas abajo") ¿en qué sentido podríamos hablar de triunfo? ¿no sería ésto una sarcástica burla? ¿por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen varios proyectos?.

Nuestra lucha debe ser no contra adversarios de carne y hueso, sino contra las élites que corruptamente gobiernan Principados, se rodean de todo tipo de Potestades, que se consideran los Dominadores de este mundo tenebroso, y que son la constatación del Mal que está en las alturas.

Rompamos sus ataduras. Librémonos de su yugo.

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos.

2 comentarios:

  1. Exacto. Muy buena reflexión, que imbéciles son los políticos que con su soberbia no saben ver la realidad

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  2. Hola amigo Miguel Ángel, sí, rompamos sus ataduras y librémonos de su yugo. En esto estamos, librándonos de toda la casta poderosa y dominante. No debemos abandonar la lucha y algún día podamos sentirnos libres de esa tenebrosa esclavitud que hoy aunque parezca extinguida, sigue existiendo disfrazada y arropada por esta democracia descafeinada.
    Un abrazo.

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