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miércoles, 17 de septiembre de 2014

DESDE MI CALLE


  
VALORES ETICOS Y MORALES.


El diccionario de la Real Academia define la ética como el conjunto de normales morales que definen la conducta humana. Se podía precisar mejor, que deberían regir la conducta humana. O sea, que entra de lleno en esa ley de regeneración democrática que se le ha ocurrido al PP, con el acompañamiento lógico del PSOE, dado que ambos partidos se llevan de sobra el protagonismo de la gran mayoría de los casos de corrupción política que se conocen, a falta de los que se vayan conociendo. Y cosa curiosa, los protagonistas del bipartismo se ponen de acuerdo para deslindar la reforma electoral que pretende el Gobierno de Rajoy de la ley esa, tan increible, de la regeneración democrática. 

Increible, sobre todo, lo mismo que la ley de transparencia, porque proviene precisamente de los que más han degenerado la democracia con sus actuaciones, tanto que han conseguido la desafección total de una sociedad a la que por uno u otro lado se lleva más y más, casi forzadamento, a la desesperación y al inconformismo. Porque esta regeneración pretendida, ahora que unos y otros ven las orejas al lobo y les entra el tembleque, tiene que ser no una norma de obligado cumplimiento, aunque también, - pero que no lo será porque quien hace la ley hace la trampa - sino un convicción firme y personal, ética y moral de los políticos. Y ni moral ni ético parece pretender cambiar las reglas del juego cuando se está acabando el partido y no se tiene la seguridad de poder ganar, que es lo que ocurre ahora en el PP. Y lo que se quiere es ganar siempre y como sea, al precio que sea.

La irrupción de Podemos en el panorama político español está siendo como un tsunami, provocando reacciones que pueden obligar al PP y al PSOE, al borde de un ataque de nervios, a adoptar decisiones atentatorias - aunque los socialistas se oponen firmemente a que sea alcalde el más votado aún sin mayoría absoluta - contra los principios más básicos de la ética. Serán medidas legales, que no se discute, pero no son éticas. Y no se puede hablar luego de regeneración democrática cuando la ética se ignora a favor de los intereses.

A los políticos, y en concreto a los parlamentarios, habría que exigirles el leer ese texto opcional que la nueva ley de educación ofrece como alternativa a la asignatura de religión a los alumnos y que se refiere a los valores éticos y morales.

A ver si algo se les pega.

DESDE MI CALLE, que sigue siendo la calle de todos.

 

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